Si no nos dejamos tentar por los riquísimos alcauciles y permitimos que algunos permanezcan en la planta, una vez que maduren podremos disfrutar de una de las flores más hermosas. Con su intenso color azul violáceo y su gran tamaño, se convertirán sin duda en la atracción de nuestra huerta, el jardín o la casa.
Para lograrlo debemos plantarlos en suelos fértiles y bien drenados, que se pueden mejorar con la incorporación con un simple abonado de fondo con estiércol o fertilizante orgánico y plantarlos a una distancia entre sí de no menos de 1 metro. La exposición deberá ser a pleno sol y una vez que tomen altura será necesario aporcar bien cada ejemplar para que no se tumben. Las flores cuando ya no son frescas, pueden secarse y colorear o barnizar.
Existen en el mercado actual un amplio espectro de variedades e híbridos cuyo uso está orientado al gran cultivo de consumo, especialmente en producciones altamente tecnificadas, por eso las variedades recomendadas para uso ornamental o huerta familiar son las violetas, alcaucil ñato o francés.
Alcaucileros de tradición
El grupo de productores de alcauciles de La Plata “Alcachofas Platenses” trabaja desde hace 15 años, tanto en la parte técnica como comercial del cultivo. Durante el año 2009, uno de los productores del grupo comenzó a comercializar plantines, flores frescas y secas de alcaucil, para huertas familiares y para uso decorativo.
Anímese a incorporarlo en su huerta o jardín, en esta temporada, ya que es una planta muy rústica, y estamos en la primera época de plantación del año (abril y mayo). Los plantines que ya se encuentran arraigados en vivero, con cuidados mínimos, se transformarán en la próxima primavera en hermosas plantas que brindarán sus frutos y así usted podrá degustar alcauciles de su propia cosecha.
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