Los agricultores no se arriesgarán a perder más dinero plantando alcachofa, un cultivo que tiende a desaparecer, como advierte el presidente de la organización agraria COAG en la Región de Murcia, Miguel Padilla, que anunció a 'La Verdad' que la próxima campaña de invierno, que comenzará a mediados de agosto, se plantará en la comarca del Guadalentín el 20% menos que en la temporada anterior. Buena parte de la culpa de que una de las principales potencias productoras de esta hortaliza, como es Lorca, deje de serlo, es la competencia de terceros países como Perú, Chile y China, que se están comiendo el mercado fundamentalmente de la conserva, sobre todo porque la mano de obra es muy barata. «La batalla de la conserva la tenemos perdida», señaló Padilla, que añadió que «solo podemos competir con la alcachofa en fresco», cuya producción se queda mayoritariamente para consumo del mercado nacional.
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Tal es el avance en el mercado, principalmente de Perú, que la conservera de la cooperativa Alimer, que comercializa el producto bajo la marca 'La Fortaleza del Sol', solo fue utilizada la pasada campaña durante unos 20 días por su escasa rentabilidad. La conservera fue creada en 2007 para el envasado de corazones de alcachofa con unos rigurosos criterios de calidad, pero no ha dado los frutos esperados porque el precio final de la lata en el supermercado es sensiblemente más caro que el de sus competidores.
«La calidad de la alcachofa que mete en el bote Perú es muy inferior pero los gastos fijos que tenemos nosotros cumpliendo la normativa europea provoca que nuestras conservas no sean competitivas», se lamentó el presidente de Alimer, Julián Díaz. Con una producción de 42 millones de kilos en 2.400 hectáreas en Lorca, la cotización media de la alcachofa fue de 36 céntimos de euros por kilo y su coste de producción de 40 céntimos de euro. «Las perspectivas no son mejores ahora», señala Padilla, «y los agricultores no pueden arriesgarse de nuevo».
Por ese motivo, la alcachofa será sustituida en los campos de la comarca del Guadalentín por bróculi, lechuga y coliflor, productos que en la pasada temporada de invierno tuvieron precios de mercado más rentables para los agricultores.
Para Padilla, «en un plazo de dos o tres años, el cultivo de la alcachofa en el municipio será solo simbólico». Añadió que esta hortaliza «siempre ha sido un cultivo distinto a los demás, vinculado a explotaciones familiares y que requiere mucha mano de obra y mucha agua».
Cultivo familiar
Un agricultor de la pedanía de Marchena, Plácido Pérez, dijo a 'La Verdad' que otros años plantó hasta 20 hectáreas de esta hortaliza, que el año pasado solo fueron siete hectáreas y que en la próxima campaña dejará solo tres, «sobre todo para no perder la tradición, porque este es un cultivo que nos ha gustado y que ha dado riqueza a Lorca». Pérez habla con tristeza del abandono de esta labor: «Tengo 40 años y con 16 planté junto mi padre la primera mata de alcachofa». Añadió que «este ha sido siempre un cultivo familiar, pero la alcachofa a mí no me va a arruinar». Todo son inconvenientes porque «es muy sensible al frío, se hiela con facilidad y los seguros no nos cubren los daños de las heladas». Esta temporada está decidido a plantar solo bróculi y lechuga.
Nuevos mercados
Para el presidente de Alimer hay otras alternativas, como «la adaptación de otras variedades a nuestros terrenos y la búsqueda de nuevos mercados de producto en fresco». En 2008 comenzaron a cultivar de forma experimental en sus tierras nuevos tipos de alcachofa como la 'calicó', de origen francés, y la 'blanca de Tudela' para exportar fundamentalmente a Francia y Alemania, grandes consumidores de esta hortaliza. La calidad también se ha visto mermada, reconoció Díaz, debido a salinidad de las aguas de riego procedentes de pozos.
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